De alguna manera lo que ocurrió ayer lo anticipé el 7 de Diciembre de 2004, en Cinco Días. Decía que, también en política, la competitividad es el resultado de un buen “producto” más un buen plan de posicionamiento. Si el “producto” no es bueno el “negocio” es efímero, incluso puede dejar “tierra quemada” y hacer que después del fracaso tarde en recuperarse o ya no lo consiga. Si el “producto” es bueno; pero no hay una estrategia competitiva para posicionarlo no logra que los votantes se enteren. Esto es lo que viene ocurriendo en España desde el 14-M-2004.
Por un lado un mal “producto”, es decir un equipo de gobierno mediocre incompetente y temerario dirigido por un Presidente (ZP) también incompetente y temerario, que ha llegado a una posición por casualidad y ha demostrado que cumple la Ley de Peter, ha alcanzado su “nivel de incompetencia”. Con el añadido de ser; al contrario de por ejemplo Ronald Reagan; inseguro y, para protegerse, rodearse de colaboradores iguales o peores.
Se han necesitado dos legislaturas que nos dejan cinco millones de parados y un país dividido para que la mayoría necesaria de votantes cambiara su centro de decisión del estomago al cerebro. Es decir, en lugar de decidir de forma visceral lo hiciera de forma más racional. Lamentablemente parece que en España la simpatía por un partido u otro es como en el fútbol, no importa lo que hagan, es nuestros “equipo”…
Sin embargo un país es otra cosa. Se parece a una corporación, como una cooperativa socio económica en la que todos los que vivimos somos responsables del esfuerzo para que funcione y beneficiarios (o perjudicados) de sus resultados. ¿Quién con dos dedos de frente estaría contento con un Presidente Ejecutivo como José Luis Rodríguez Zapatero en su empresa? ¿Quién le confiaría su patrimonio para que lo gestionara? ¿Quién estaría tranquilo con Directores de Área como Elena Salgado, Pedro Solbes, Pepiño Blanco, Trini Jiménez, Miguel Ángel Moratinos, Leire Pajín, Bibiana Aido etc.? Piénsenlo…
Nunca han generado “ventas” para absorber costes, no tienen preparación académica, no tienen inquietudes intelectuales, no hablan idiomas. Si fueran a un “head hunter” sus CVs se archivarían en el cilindro que suele haber debajo de las mesas, la papelera.
Sinceramente no puedo entender como fuimos tan pocos los que vimos el problema.
Ahora bien ¿Cómo es el “producto” que acabamos de votar? Mariano Rajoy y sus chicas y chicos parecen más preparados; pero lo explican poco y mal. Tampoco dan muestras de habilidades especiales, salvo honrosas excepciones, sobre todo en inteligencia emocional. Lo que se dice “empatizar” no es su fuerte. Necesitan como el comer un plan de posicionamiento con una UEPr ( Unique Emotional Proposition) que ilusione y motive. Si los “socios” de la “corporación España” no están convencidos de que ahora sus dirigentes son los adecuados faltara ese “empuje” individual tan necesario. ¡Lo “menos malo” nunca es” del todo bueno”!
En una crisis tan catastrófica no basta con aquello del “el valor se le supone”, hay que convencer de que se tiene. Encomendémonos a San Cucufato patrono de los objetos, y supongo también de las causas pérdidas…
Por un lado un mal “producto”, es decir un equipo de gobierno mediocre incompetente y temerario dirigido por un Presidente (ZP) también incompetente y temerario, que ha llegado a una posición por casualidad y ha demostrado que cumple la Ley de Peter, ha alcanzado su “nivel de incompetencia”. Con el añadido de ser; al contrario de por ejemplo Ronald Reagan; inseguro y, para protegerse, rodearse de colaboradores iguales o peores.
Se han necesitado dos legislaturas que nos dejan cinco millones de parados y un país dividido para que la mayoría necesaria de votantes cambiara su centro de decisión del estomago al cerebro. Es decir, en lugar de decidir de forma visceral lo hiciera de forma más racional. Lamentablemente parece que en España la simpatía por un partido u otro es como en el fútbol, no importa lo que hagan, es nuestros “equipo”…
Sin embargo un país es otra cosa. Se parece a una corporación, como una cooperativa socio económica en la que todos los que vivimos somos responsables del esfuerzo para que funcione y beneficiarios (o perjudicados) de sus resultados. ¿Quién con dos dedos de frente estaría contento con un Presidente Ejecutivo como José Luis Rodríguez Zapatero en su empresa? ¿Quién le confiaría su patrimonio para que lo gestionara? ¿Quién estaría tranquilo con Directores de Área como Elena Salgado, Pedro Solbes, Pepiño Blanco, Trini Jiménez, Miguel Ángel Moratinos, Leire Pajín, Bibiana Aido etc.? Piénsenlo…
Nunca han generado “ventas” para absorber costes, no tienen preparación académica, no tienen inquietudes intelectuales, no hablan idiomas. Si fueran a un “head hunter” sus CVs se archivarían en el cilindro que suele haber debajo de las mesas, la papelera.
Sinceramente no puedo entender como fuimos tan pocos los que vimos el problema.
Ahora bien ¿Cómo es el “producto” que acabamos de votar? Mariano Rajoy y sus chicas y chicos parecen más preparados; pero lo explican poco y mal. Tampoco dan muestras de habilidades especiales, salvo honrosas excepciones, sobre todo en inteligencia emocional. Lo que se dice “empatizar” no es su fuerte. Necesitan como el comer un plan de posicionamiento con una UEPr ( Unique Emotional Proposition) que ilusione y motive. Si los “socios” de la “corporación España” no están convencidos de que ahora sus dirigentes son los adecuados faltara ese “empuje” individual tan necesario. ¡Lo “menos malo” nunca es” del todo bueno”!
En una crisis tan catastrófica no basta con aquello del “el valor se le supone”, hay que convencer de que se tiene. Encomendémonos a San Cucufato patrono de los objetos, y supongo también de las causas pérdidas…
Nota: la Imagen es de www.izaping.com
1 comentario:
Suscribo totalmente todos los puntos que se exponen.
Pero, si se me permite, iré un poco más allá en el análisis "marketiniano" de la situación politica:
Para vender tenemos que reconocer NECESIDADES, y creo que ninguna "Compañia" que vende hoy producto politico, piensa primero en la necesidad, y posteriormente en el beneficio que obtendrá de satisfacer esas necesidades. Creo que todos pecan, unos más y otros menos, de pensar en beneficios propios unicamente, dejando de lado las necesidades colectivas...¡¡un mal método de venta!!
También, como bien sabemos, la componente emocional es fundamental para la venta...¡¡¡ya hace mucho tiempo que no me entusiasman!!... a mi al menos.
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